· Infecciones por MAC: las siglas MAC
corresponden a Mycobacterium complejo avium-intracellulare, una bacteria que
puede provocar fiebres recurrentes, malestar general, fatiga, anemia, problemas
de digestión y hasta graves pérdidas de peso. La infección por MAC puede mostrarse
con cierta probabilidad entre los seropositivos con cantidades de linfocitos
CD4 por debajo de 50; es bastante raro que se produzca cuando los CD4 superan
los 100. El tratamiento de esta infección se basa en la administración de
antibióticos, que pueden estar contraindicados con los fármacos usados en
VIH/sida, por lo que es importante que el médico sepa con exactitud el tipo de
terapia antirretroviral que está siguiendo.
· Toxoplasmosis: enfermedad originada por un parásito que infecta al cerebro provocando conductas alucinatorias, cefaleas (dolor de cabeza), fiebre, desorientación, cambios de personalidad y mareos. Tiene más riesgo de sufrirlo el paciente con linfocitos por debajo de 100. La terapia suele ser muy eficaz, aunque la toxoplasmosis puede reaparecer.
Hepatitis C: La hepatitis C no se considera una enfermedad oportunista en
sida, pero su incidencia entre las personas VIH positivas es muy elevada,
porque la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) se transmite al igual
que el VIH por vía parenteral (pinchazos).
Se calcula que un tercio de los VIH positivos también están infectados por el VHC. De hecho la hepatitis C se ha convertido en la primera causa de hospitalización y una de las primeras de muerte en los enfermos con sida (en un 30 por ciento de los casos).
Al aparecer los nuevos tratamientos contra el sida (la terapia antirretroviral) se ha alargado la esperanza de vida de estos enfermos y por eso ahora están apareciendo muchos casos de hepatitis C. Antes se desconocía este dato porque los enfermos de sida no vivían muchos años y los síntomas de la hepatitis aparecen varias décadas después de que se haya producido la infección por el VHC.
Ahora, sin embargo, la hepatitis C se ha convertido en el principal problema
médico al que se enfrentan los clínicos que tratan a los pacientes con sida.
Según los últimos estudios, la evolución es peor entre los pacientes con las
dos infecciones, que los de una sola.
Así, la cirrosis (una de las consecuencias más frecuentes de la hepatitis C)
aparece a los 6,9 años en las personas infectadas por VHC y VIH, frente a los
23,2 años en los infectados solo por el virus de la hepatitis C.
A pesar de ello, los expertos confían en que la esperanza de vida de los
pacientes coinfectados aumente y disminuyan las principales complicaciones de
la hepatitis C gracias a los nuevos tratamientos.
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