El VIH sólo se puede
transmitir a través del contacto entre fluidos corporales que poseen una alta
concentración viral. El virus no se transmite de manera casual. De acuerdo con
los CDC de Estados Unidos, no se han encontrado casos en que abrazos, besos
secos o saludos con las manos hayan sido causantes de infección. El virus
ha sido aislado en la saliva, las lágrimas, la orina,
el semen, el líquido preseminal, los fluidos vaginales,
el líquido amniótico, la leche materna, el líquido
cefalorraquídeo y la sangre, entre otros fluidos corporales humanos.
Las tres
principales formas de transmisión son:
Sexual (acto sexual sin protección).
(infección de transmisión sexual). La transmisión se produce por el
contacto de secreciones infectadas con la mucosa genital, rectal u oral de
la otra persona.

Vertical (de madre a hijo). La transmisión puede
ocurrir durante las últimas semanas del embarazo, durante el parto, o al
amamantar al bebé. De estas situaciones, el parto es la más problemática.
Actualmente en países desarrollados la transmisión vertical del VIH está
totalmente controlada (siempre que la madre sepa que es portadora del
virus) ya que desde el inicio del embarazo (y en ciertos casos con
anterioridad incluso) se le da a la embarazada un Tratamiento Anti-Retroviral
de Gran Actividad (TARGA) especialmente indicado para estas situaciones,
el parto se realiza por cesárea generalmente, se suprime la producción de
leche, y con ello la lactancia, e incluso se da tratamiento antiviral al
recién nacido.
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